domingo, 14 de febrero de 2010

Día de preguntas

- Lo que no te mata te hace más fuerte, pero...¿a qué precio?

- Si el dolor te transforma en alguien más fuerte, ¿qué parte de ti transformó?

- Después de infinitas transformaciones, ¿cómo sabes si sigues existiendo? ¿Queda algo de lo que alguna vez fuiste?

- ¿Qué es lo que te define?¿Qué eres?¿Quién eres?

- ¿Existe ALGO que sea esencialmente tuyo?¿Algo permanente, inalterable? Algo que te recuerde que sigues siento tú, a pesar todo lo que ha cambiado.

- ¿Hay un límite además de la muerte? ¿Un último golpe que acabe con la esencia misma de lo que eres?

- Si "mueres en vida", lo que queda, qué es? Y si alguien (o algo) logra infundir la vida en ti nuevamente, retienes algo de la persona que fuiste y que quedó atrás?

jueves, 11 de febrero de 2010

Lo que no te mata te hace más fuerte...

...si no te vuelve loco antes. Esa frase me la dijo mi "floróloga" (terapeuta de flores de Bach). Es impresionante lo cierta que puede llegar a ser la frase completa. Yo estuve muy cerca de la locura. Como soy una ingeniero ñoña, diré que me acerqué "asintóticamente" a la pérdida de la cordura. Le pregunté a mi sicólogo cuál era la diferencia entre las personas que se vuelven locas y las que no. Le pregunté que tan cerca había estado. Le pregunté por qué no me volví loca. Su respuesta fue algo así como "porque no te rendiste".
Recuerdo cómo se sentía, cómo el dolor era tan INMENSO que incluso la acción de moverse requería una enorme concentración. O al menos un gran esfuerzo de mi parte. Le dije a mi mamá que no iba a resistir por mucho tiempo y me llevaron a ver a un siquiatra (que me inyectó algo y me puso a dormir sin sueños). No sé cómo aguanté las ganas de matarme ese día. Sé que esto es casi imposible de comprender para alguien que no conoce la depresión de cerca. Pero quizás, si han sufrido una migraña realmente fuerte (de esas en las que quieres arrancarte los ojos con las manos) o un dolor de oídos terrible (te daría lo mismo quedar sordo con tal de que el dolor se vaya) puedan entender un poco cómo me sentí. No es que quieras acabar con tu vida, quieres acabar con el dolor. De la forma que sea.

Cuando empecé este blog, decidí que quería compartir mi experiencia, y que quizás podría ayudar a otros. Sé que los últimos post han estado algo deprimentes. Pero algo que he aprendido en este tiempo es que, para poder vivir en paz con uno mismo, tienes que sacar todo aquello que se descomponía por dentro. No soy una cheerleader. No soy una osita cariñosita. Quienes me conocen desde hace tiempo me ven algo desanimada y ...fría. Pero empiezo a sentirme dueña de mí misma. De a poco. Paso a paso estoy recuperando la paz y la esperanza. Le perdí el miedo a la muerte en este tiempo (de hecho la deseé por mucho tiempo). Le perdí el gusto a la vida. Pero si bien aún no deseo vivir, ya no deseo morir. Sé que las frases parecen iguales, pero no lo son. Al menos no para mí.

Siento una cierta curiosidad por esto de la vida. De buena o mala manera siempre encuentra la forma de sorprenderme. Va a ser interesante averiguar lo que me espera :)