miércoles, 9 de diciembre de 2009

Algo bello parte 1

He escrito hasta el momento, sólo cosas tristes. Así que, para variar un poco, voy a escribir un recuerdo feliz. Si tuviese algo de polvo de hadas (como en Peter Pan), este sería el recuerdo que me haría volar:

La historia entre L y yo tuvo muchos altibajos. En el 2002 nos pusimos a pololear oficialmente (después de 9 meses de sí y no). Contrariamente a lo que normalmente ocurre, nosotros no tuvimos la llamada "luna de miel"¡Qué manera de pelear Dios mío! Si parecía que nos poníamos de acuerdo: cuando yo andaba amorosa él andaba enojado por algo y viceversa. Terminamos una semana antes de cumplir 6 meses. Yo quedé bastante mal después de terminar (cada vez que alguien que no conocía esta historia me veía, me preguntaba "¿estás enferma?"), pero no tanto como ahora: como habíamos sido amigos antes, decidimos intentar conservar la amistad: almorzábamos juntos los lunes, e intentábamos que las cosas fueran como antes. Sólo poder verlo hizo las cosas más fáciles.

Pasaron 3 meses de andar de zombie por la vida, cuando un día tuve una epifanía: lo que más me dolía era dejar de quererlo, no poder cuidarlo. Pero sin importar lo que pasara entre nosotros yo PODÍA SEGUIR AMÁNDOLO. Era MI decisión. Incluso si no resultaba lo de ser amigos, incluso si no volvíamos a vernos: al menos podría rezar por él, y estar dispuesta a ayudarlo, si alguna vez me necesitaba. Entender, por fin, lo que significaba AMAR y cómo iba más allá de la emoción, más allá del enamoramiento, me liberó. Entendí por qué el amor SÍ PUEDE DURAR PARA SIEMPRE. Y por primera vez en meses sonreí de verdad.

1 comentario:

  1. Este año en el liceo tuve que analizar varios textos de reconocidos escritores en torno al amor. Uno de ellos, creo que el de Eric Fromm, declaraba al AMOR como un acto de plena VOLUNTAD. Yo ya había tomado ese texto cuando tenía unos 13 años y no podía entender a qué se refería este hombre. Con el correr del tiempo, específicamente este ño cuando tuve que tomar su escrito otra vez, me dí cuenta de que era cierto.

    Asumí que si yo seguía queriendo a Juanito era porque yo lo decidía así. También noté que por más lejos que él estuviera, por más que siga con su vida, yo NO QUIERO dejar de preocuparme por él, o deesearle lo mejor, o estar ahí para siempre.

    Sí, todo el mundo me dice "como una niñita va a sentir de esa manera. Lo que se quiere a los 17 no es lo mismo que a los 30". Por supuesto, la diferencia está en que yo tengo memoria: no puedo borrar los momentos maravillosos que me dió (de los cuales nació mi amor) y por ende no puedo borrar ese amor.

    Es para siempre. Así. Sin más.
    Lo importante es asumirlo y saber llevarlo.

    ResponderEliminar